La inflación en la Eurozona cae al menor nivel en casi dos años

La inflación interanual en la Eurozona continua en baja y registró 4,3% anual este mes, nueve décimas menos que en agosto, lo que representó el menor nivel desde octubre de 2021, según los datos preliminares publicados hoy por el instituto de estadísticas Eurostat.

La baja del índice, cuya variación mensual fue del 0,3%, fue mayor a la anticipada por los analistas y alimenta la apuesta a que el Banco Central Europeo (BCE) no continuará subiendo sus tasas de interés.

Entre los diversos componentes, los alimentos siguen liderando la lista con un índice del 8,8%, aunque presentan una baja respecto del 9,7% del mes anterior.

La energía, en tanto, bajó 4,7% respecto de hace un año, acentuando el descenso de 3,3% registrado el mes pasado.

Otra nota positiva fue que la inflación subyacente –que excluye los valores volátiles de la energía y los alimentos- también se moderó y se situó en 4,5% frente al 5,3% de agosto.

Precisamente, el índice subyacente era visto de reojo por el BCE al mantenerse persistente por meses sin una clara tendencia a la baja en la Eurozona, integrada por 20 países miembro de la Unión Europea (UE) que utilizan el euro como moneda.

En ese sentido, los servicios marcaron un aumento del 4,7% -respecto del 5,5% de agosto- y los bienes industriales totalizaron 4,2%, contra 4,7% del mes pasado.

Entre los diversos países, las mayores tasas de inflación fueron en Eslovaquia (8.9%) Eslovaquia (9,6%) y Croacia (7,3%), mientras que Países Bajos con una deflación de 0,3% y Bélgica (0,7%), son los que presentaron las menores variaciones.

En lo que respecta a la inflación de las principales potencias europeas, lidera Italia con 5,7% anual (0,2 puntos porcentuales más respecto del mes anterior); y le sigue Francia con 5,6% (-0,1), Alemania 4,3% (-2,1), y España 3,2% (+0,8).

Los datos de inflación de este mes en la Eurozona refuerzan la idea que el BCE dará por terminado su ciclo de subas de tasas tras 10 revisiones al alza desde julio del año pasado, que las llevaron al nivel más alto desde la creación del euro en 1999.

“El BCE ya sugirió luego de su última reunión monetaria que fue la última suba de tasas. La caída de la inflación debería incrementar la confianza del Consejo Gobernante de que no se necesitan más ajustes”, evaluó el economista Maeva Cousin a la agencia de noticias Bloomberg.

Hasta hoy, la posición era relativamente dividida, con las denominadas “palomas” –con gobernadores como los de Italia, Francia y España- a favor de detener las subas para evitar un mayor estancamiento de la economía, y los “halcones” como Alemania y Austria, advirtiendo que la suba de los precios internacionales del petróleo podría obligar a más alzas, señalando además que la cifra inflacionaria sigue más que duplicando la meta del 2% anual.

El BCE proyecta que la inflación promediará 5,6% este año, cayendo a 3,2% en 2024 y 2,1% en 2025, mientras que el crecimiento económico se desacelerará a 0,7% este año, seguido por 1% y 1,5% en los próximos dos años.

Para el economista Bert Colijn, del banco ING, la desaceleración en septiembre es una «buena señal», pero advirtió que las «preocupaciones se mantienen».

El experto no descartó un repunte inflacionario al inicio del próximo año, impulsado por un aumento en los precios del petróleo.

En tanto, para Jack Allen-Reynolds, de la consultora Capital Economics, opinó en diálogo con la agencia de noticias AFP que el BCE «no empezará a recortar tasas hasta finales de 2024».

Ante la posibilidad de un repute inflacionario a inicios de 2024 por aumentos en la energía, expresó su confianza en que ese impacto sea «compensado por nuevas caídas en la inflación básica y de los alimentos».

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